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Los dos pastores y el rey

Los dos pastores y el rey

Los dos pastores y el rey, fábula sobre la humildad, la presunción y el verdadero mérito.

Esta fábula nos cuenta la historia de un rey en desgracia y dos pastores que lo ayudan en su hora de necesidad. Aunque ambos pastores actúan generosamente, su comportamiento posterior y su destino final son muy distintos, lo que nos deja con una moraleja sobre el valor del mérito real y la humildad.

Había una vez un rey, descendiente de una antigua y poderosa dinastía, que había sido despojado del trono por la adversidad y estaba huyendo de sus enemigos.

El rey estaba empapado por la lluvia, en medio de una zona pantanosa, cuando llegó a una pequeña choza de pastores.

Pensó descansar allí por algún tiempo, pero cuando entró se encontró que dos pastores se le habían anticipado y descansaban envueltos en mantas para protegerse del frío.

Amablemente le dieron la bienvenida y compartieron con él algo de pan, queso y cebollas, que era la única comida que tenían.

El rey dijo:

-Algún día, cuando recobre mi reino, os pagaré con moneda propia de un rey.

Sucedió que, aunque los dos pastores habían ofrecido comida al rey y habían sido igualmente generosos, no se comportaban en todo de la misma forma.

El primer pastor comenzó a decir a toda la gente que él era mejor que un noble, pues había dado comida a un rey, cuando no había nadie más que lo hiciera.

Pero el segundo pastor, reflexionando, se dijo a sí mismo:

“El haber estado en la choza y el haber tenido un poco de comida fueron simples accidentes.

El haber ofrecido comida al rey fue una acción normal. Pero el rey, con una generosidad realmente noble, quiso interpretar estos hechos como algo de mérito.

Ahora, yo debo inspirarme en su ejemplo y hacerme digno de tal nobleza”.

Dos o tres años después, el rey recuperó su reino y mandó llamar a los pastores. A cada uno se le dieron valiosos regalos, y los dos tuvieron posiciones poderosas en la corte.

Pero el primer pastor, no habiendo hecho ningún esfuerzo por mejorar y prepararse, no tardó en tomar parte en una intriga de la corte y fue ejecutado en caso a su conjura.

Por el contrario, el segundo pastor trabajó tan bien y con tal lealtad que, cuando el rey llegó a una edad avanzada, fue nombrado y aceptado como su sucesor.

Reflexión:

La fábula nos enseña que la generosidad y la bondad son virtudes que deben practicarse sin esperar recompensa. Pero más allá de eso, muestra que el mérito verdadero no se basa solo en un único acto de bondad, sino en una actitud sostenida de humildad, mejoramiento personal y lealtad.

«Los Dos Pastores y el Rey» nos ofrece una valiosa lección sobre la importancia de la humildad y el mérito verdadero. No basta con hacer una buena acción y luego descansar en los laureles, esperando el reconocimiento o las recompensas.

La verdadera bondad se practica de forma constante y sin esperar nada a cambio. Además, esta historia nos recuerda que debemos esforzarnos por mejorar y ser dignos de las oportunidades y bendiciones que se nos presentan. La humildad y la autenticidad, combinadas con el esfuerzo y la dedicación, son las que al final nos llevarán al verdadero éxito y felicidad.

«La humildad es el sólido fundamento de todas las virtudes.»

Confucio
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