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Pregúntale a los Muertos

Pregúntale a los Muertos

Pregúntale a los Muertos: El Eco de la Indiferencia.

“Pregúntale a los Muertos” nos transporta a un tranquilo poblado, donde un anciano sabio llamado Khalil, recibe la visita de un joven artista atormentado por las críticas y el juicio ajeno.

En una aldea suspendida entre las nubes y los sueños, en la casa más elevada, vivía Khalil. Su rostro, surcado por las líneas del tiempo, brillaba con la sabiduría de los años.

Era un refugio de serenidad para los corazones inquietos, y sus palabras, un bálsamo para las almas turbadas.

Un día, bajo el manto protector de una antigua higuera, Khalil fue visitado por Maguín, un joven artista cuyo talento era tan grande como la tormenta de sus dudas.

“Maestro Khalil, las críticas me asedian como lobos en la noche. Necesito tu guía para encontrar paz en mi arte y en mi ser”, imploró el joven.

Khalil, con ojos que habían visto el nacer y morir de innumerables lunas, le propuso un desafío inusual: injuriar a los muertos y luego elogiarlos en el silencio del cementerio.

Maguín, confundido pero desesperado por hallar sosiego, siguió el consejo del anciano.

Durante días, lanzó insultos y halagos hacia las tumbas mudas, esperando un destello de comprensión.

Al regresar, Maguín relató su experiencia a Khalil. “Maestro, ni mis insultos ni mis alabanzas perturbaron la calma de los muertos. Me siento tan vacío como esas tumbas ante sus palabras”, confesó con desánimo.

Khalil, con la paciencia de las montañas, le reveló la esencia de su enseñanza: “Maguín, en tu búsqueda de aprobación y temor a la crítica, has entregado tu poder a voces externas. Pero, ¿no ves? Debes ser como los muertos en el cementerio, inmunes a los halagos y los insultos. Tu arte, tu ser, deben ser inquebrantables ante las mareas cambiantes de la opinión ajena.”

“Quien hoy te alaba, mañana puede despreciarte, y quien hoy te desprecia, mañana puede ensalzarte. No te dejes llevar por el viento caprichoso de las palabras. Sé firme en tu esencia, más allá de los juicios efímeros del mundo.”

Maguín, iluminado por la sabiduría de Khalil, entendió que su verdadero poder residía en su indiferencia hacia el juicio ajeno. Desde ese día, su arte floreció, libre de las cadenas de la expectativa y el temor, un eco de su verdadero yo, inmutable como las estrellas en el cielo nocturno.

Reflexión de «Pregúntale a los Muertos».

La Búsqueda de Aprobación Externa:

La narrativa nos muestra cómo la búsqueda constante de aprobación y el temor al juicio ajeno pueden esclavizar nuestra paz interior y autenticidad. Maguín representa a muchos artistas y personas que se ven atrapadas en la vorágine de las opiniones ajenas, perdiendo la perspectiva de su valor intrínseco.

La Indiferencia Como Fortaleza:

El remedio propuesto por Khalil, aunque peculiar, subraya la importancia de cultivar una indiferencia saludable hacia las críticas y halagos externos. Esta indiferencia no sugiere apatía, sino una fuerte autovaloración que permanece inalterada ante el vaivén de las opiniones externas.

La Autorreflexión y el Autoconocimiento:

La conclusión de Khalil resalta el valor de permanecer fiel a uno mismo, más allá de los claros y oscuros del mundo. Esta lección, aunque sencilla en su presentación, encierra una profundidad que invita a la autorreflexión y al autoconocimiento, esenciales para una vida auténtica y plena.

“El viento sopla, pero la montaña permanece firme. Sé como la montaña en medio de los halagos y críticas del mundo”.

Conclusión:

“Pregúntale a los Muertos” es una narrativa rica en simbolismo y sabiduría, que invita a explorar la autovaloración y la indiferencia como herramientas para navegar el complejo mar de las opiniones y juicios externos.

Al final, la paz y satisfacción interior radican en nuestro propio reconocimiento y valoración, más allá de los ecos del mundo exterior.

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