La avaricia puede cegar incluso a los más educados, y cuando esto sucede, a menudo subestiman la sabiduría de aquellos a quienes buscan engañar. “La vieja y el médico” nos cuenta una historia donde la perspicacia y la experiencia superan la maldad y el engaño.
En un pequeño pueblo, donde todos se conocían, vivía una anciana con una vasta colección de muebles heredados, cada uno con su propia historia. Desafortunadamente, su vista comenzó a debilitarse con el tiempo. Al escuchar sobre un médico en la localidad que prometía curar cualquier dolencia ocular, decidió buscar su ayuda, esperanzada en recuperar la claridad de su visión.
Con cada visita, el médico le aplicaba un unguento especial que requería que la vieja cerrara sus ojos durante el proceso. Sin embargo, en lugar de tener buenas intenciones, el médico aprovechaba esta oportunidad para robarle uno a uno sus preciados muebles, pensando que nunca lo descubriría.
Una vez que la casa estuvo vacía, el médico decidió que era hora de terminar el tratamiento y solicitó su pago. Pero la vieja, sabia y astuta, se negó a cumplir su parte del trato. El médico, enfurecido, decidió llevar el caso ante la corte local, confiado en que ganaría.
Durante el juicio, la anciana explicó que, aunque había prometido un pago si su vista mejoraba, en realidad, su condición había empeorado. Antes del tratamiento, podía ver todos los muebles de su casa, pero ahora no veía ninguno. El jurado, al darse cuenta del engaño del médico, sentenció a su favor, y el médico fue castigado por su avaricia y engaño.
Moraleja “La vieja y el médico”:
Nunca subestimes la sabiduría de los ancianos:
El tiempo y la experiencia otorgan conocimientos y perspicacia que a menudo superan el entendimiento de las generaciones más jóvenes.
La avaricia ciega:
Perseguir el beneficio propio sin considerar las consecuencias o el bienestar de los demás puede llevar a la caída y al fracaso.
La justicia prevalece:
Aunque el engaño y la maldad pueden parecer triunfar temporalmente, eventualmente la verdad y la justicia salen a la luz.
Preguntas:
- ¿Qué sentimientos crees que la vieja experimentó al darse cuenta del engaño del médico?
- ¿Qué enseñanza nos deja la respuesta de la anciana en el juicio?
- ¿Por qué es importante no subestimar a alguien basándonos en su apariencia o edad?
- ¿Qué hubieras hecho en el lugar del médico o de la vieja?
- ¿Cómo podemos protegernos de las personas con malas intenciones?
“La verdadera visión no reside en los ojos, sino en la capacidad de ver a través del engaño y la injusticia.”
Conclusión:
“La vieja y el médico” es una potente fábula que destaca la astucia y la sabiduría de la vejez, demostrando que la integridad y la justicia pueden prevalecer sobre el engaño y la avaricia. Es un recordatorio de que la justicia tiene formas inesperadas y de que el valor no siempre se encuentra en la fuerza o el poder, sino en la perspicacia y el entendimiento.