“Las Galletas” nos brinda una mirada ligera y humorística sobre cómo las situaciones pueden no ser lo que parecen a primera vista. ¿Qué pasa cuando nuestras percepciones se ven desafiadas por la realidad? Este cuento nos recuerda la importancia de mantener una mente abierta.
En una apacible tarde, la estación de trenes recibió a una dama de elegante porte. Con prisa, se dirigió a la ventanilla, donde le comunicaron que su tren enfrentaba un retraso de una hora.
Un tanto fastidiada, decidió hacer más amena la espera y se dirigió al kiosco. Adquirió una revista para entretener su mente, un paquete de galletas para calmar el apetito y una lata de refresco para saciar su sed.
Con todo listo, se acomodó en uno de los bancos del andén, desplegó su revista y comenzó a navegar por las páginas. Un joven, de apariencia tranquila, ocupó el espacio a su lado y se sumergió en la lectura de un periódico.
En medio de la tranquilidad, un movimiento capturó la atención de la dama.
Con una mezcla de asombro y desdén, vio cómo el joven, con una serenidad que rozaba el descaro, extendía su mano, tomaba su paquete de galletas, lo abría y sin más, se llevaba una a la boca. Ella, con un gesto teatral, tomó una galleta, y mirándolo fijamente, se la comió.
El joven le respondió con una sonrisa amable, y sin perder el ritmo, tomó otra galleta. La danza silenciosa continuó, entre miradas que destilaban indignación por parte de la dama, y una serena diversión en el joven. Galleta tras galleta, el paquete se vaciaba, hasta que solo quedó una.
La señora, con el corazón latiendo fuerte, se preguntó si el joven sería capaz de tomar la última. Con un ademán gracioso, él partió la última galleta por la mitad y le ofreció una parte a la dama. Ella, entre agradecida y molesta, aceptó.
Finalmente, el tren anunció su llegada con un silbido estridente. La dama, aun con el sabor agridulce de la experiencia, abordó el tren.
Ya en su asiento, buscó su refresco y para su sorpresa, encontró su paquete de galletas intacto. La confusión se despejó y una sonrisa se dibujó en su rostro al darse cuenta de que el paquete de galletas del joven era idéntico al suyo.
Jorge Bucay
Reflexiones de “Las Galletas”:
La Percepción y la Realidad:
En nuestro día a día, ¿cuántas veces nuestras percepciones previas dictan nuestras reacciones? Este cuento nos muestra de manera encantadora cómo nuestras suposiciones pueden desviarnos del entendimiento verdadero de una situación.
La Amabilidad en Medio de la Confusión:
La amabilidad y la gracia, incluso en momentos de confusión o frustración, no solo aligeran el ambiente, sino que también pueden llevar a una resolución amistosa. La actitud tranquila y amable del joven ofrece una lección sutil pero impactante.
Una Mente Abierta y una Sonrisa Amable:
Mantener una mente abierta y una actitud amable, incluso cuando las cosas no van como esperamos, puede transformar una experiencia ordinaria en una lección memorable. En un mundo rápido y a menudo impersonal, un momento de amabilidad y comprensión puede dejar una impresión duradera.
“Buscamos primero comprender, luego ser comprendidos.”
Conclusión:
”Las Galletas” nos ofrece una reflexión tierna y humorística sobre las percepciones y la amabilidad. A través de un encuentro aparentemente mundano, se despliega una lección sobre mantener una mente abierta y disfrutar de los pequeños y dulces momentos que la vida nos ofrece.