Un Poco de Ciencia: Un cuento sobre Fe, Ciencia y Descubrimiento.
Este relato nos invita a reflexionar sobre cómo el conocimiento puede apartarnos o acercarnos a lo divino, dependiendo de la profundidad de nuestra búsqueda y comprensión.
Cuentan que fue un hecho ocurrido en 1892…
Un señor de unos 70 años viajaba en el tren, teniendo a su lado a un joven universitario que leía su libro de Ciencias.
El caballero, a su vez, leía un libro de portada negra. Fue cuando el joven percibió que se trataba de la Biblia y que estaba abierta en el Evangelio de Marcos…
Sin mucha ceremonia, el muchacho interrumpió la lectura del viejo y le preguntó:
- Señor, ¿usted todavía cree en ese libro lleno de fábulas y cuentos?
- Sí, más no es un libro de cuentos, es la de Palabra de Dios. ¿Estoy equivocado?
- Pero claro que lo está. Pienso que usted, señor, debería estudiar Historia Universal. Vería que la Revolución Francesa, ocurrida hace más de 100 años, mostró la miopía de la religión.
Solamente personas sin cultura, todavía creen que Dios hizo el mundo en 6 días. Usted señor debería conocer un poco más lo que nuestros Científicos dicen de todo eso. - Y… ¿Es eso mismo lo que nuestros científicos dicen sobre la Biblia?
- Bien, como voy a bajar en la próxima estación, no tengo tiempo de explicarle, pero déjeme su tarjeta con su dirección para mandarle material científico por correo con la máxima urgencia.
El anciano entonces, con mucha paciencia, abrió cuidadosamente el bolsillo derecho de su bolso y le dio su tarjeta al muchacho. Cuando este leyó lo que allí decía, salió cabizbajo, sintiéndose peor que una ameba. En la tarjeta decía:
Profesor Doctor Louis Pasteur
Director General del Instituto de Investigaciones Científicas
Universidad Nacional de Francia.
Reflexión:
Este cuento nos invita a preguntarnos, ¿qué es realmente la ciencia? ¿Es un camino que nos aleja de la fe o puede ser un puente hacia la comprensión más profunda de nuestra existencia y de lo divino? El joven universitario, armado de ciencia reciente, desafía la creencia del anciano, solo para descubrir que este no es otro que Louis Pasteur, un pilar de la ciencia.
La historia nos enseña que la ciencia y la fe no son mutuamente excluyentes, sino que pueden coexistir armoniosamente. La sabiduría de Pasteur nos muestra que un poco de ciencia puede apartarnos de Dios, pero una comprensión más profunda y completa puede acercarnos aún más. Nos recuerda la importancia de mantener la mente abierta y de estar dispuestos a aprender y crecer, sin importar cuánto creamos que ya sabemos.
Este relato resalta la importancia de la humildad en la búsqueda del conocimiento y cómo la verdadera sabiduría reside en la confluencia de la ciencia y la fe. Nos invita a reflexionar sobre nuestras propias creencias y a estar abiertos al maravilloso entrelazamiento de la verdad científica y la fe divina. Es un recordatorio de que, en nuestra búsqueda de entender el mundo, nunca estamos realmente lejos de lo sagrado.
“La ciencia sin religión está coja, la religión sin ciencia está ciega.”
Albert Einstein