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El Sadhu rico y el Sadhu pobre

El sadhu rico y el sadhu pobre

El Sadhu rico y el Sadhu pobre, cuento sobre renuncia y apego.

La historia de «El Sadhu Rico y el Sadhu Pobre» nos confronta con preguntas profundas sobre qué significa realmente renunciar y cuán apegados estamos a las cosas materiales. A través de los ojos de dos sadhus con circunstancias de vida muy diferentes, la historia nos lleva a reconsiderar nuestras propias ideas sobre la espiritualidad y la renuncia.

Esta es la historia de dos sadhus (Monje hindú). Uno había sido enormemente rico y aún después de cortar con sus lazos familiares y sociales y renunciar a sus negocios, su familia cuidaba de él y él disponía de varios criados para que le atendieran.

El otro sadhu era muy pobre, vivía de la caridad pública y sólo disponía de una escudilla y una piel de antílope.

Con frecuencia el sadhu pobre se jactaba de su pobreza y ridiculizaba y criticaba al sadhu rico. Solía hacer el siguiente comentario:

-Se ve que era demasiado viejo para seguir con los negocios y la familia, y entonces se ha hecho renunciante, pero sin renunciar a sus lujos.

El sadhu pobre no perdía ocasión para importunar el sadhu rico y mofarse de él. Se le acercaba y le decía:
-Mi renuncia sí es muy valiosa y no la tuya, que en realidad no representa renuncia de ningún tipo, porque sigues llevando una vida cómoda y fácil.

Un día, de repente, el sadhu rico, cuando el sadhu pobre le habló así, replicó tajantemente:
-Ahora mismo, tú y yo, nos vamos de peregrinación a Gangotri (fuentes del Ganges) como dos sadhus errantes.

El sadhu pobre se sorprendió, pero tuvo que acceder a peregrinar para poder mantener su imagen.
Ambos sadhus se pusieron en marcha y un tiempo después, súbitamente, el sadhu pobre se detuvo y, alarmado, exclamó:

-¡Dios mío!, tengo que regresar rápidamente.
En su rostro se reflejaba una expresión de ansiedad.

-¿Por qué? -preguntó el sadhu rico,
-Porque olvidé coger mi escudilla y mi piel de antílope contestó el sadhu pobre.

Y entonces el sadhu rico le dijo, sin dejar de sonreír:

-Te has burlado durante mucho tiempo de mis bienes materiales y ahora resulta, curiosamente, que tú dependes mucho más de tu escudilla y tu piel que yo de todas mis posesiones.

Reflexión:

Esta historia destaca que la renuncia no es simplemente una cuestión de abandonar las posesiones materiales, sino más bien una cuestión de desapego emocional y mental. El sadhu pobre se percibía a sí mismo como alguien que había renunciado a todo, pero su reacción ante la pérdida de su escudilla y piel revela su apego a esos objetos.

«El Sadhu Rico y el Sadhu Pobre» es una historia que toca la fibra de nuestras creencias sobre la renuncia y el desapego. Nos reta a mirar más allá de las apariencias y a cuestionar nuestras propias nociones sobre qué significa llevar una vida espiritualmente rica. Es un recordatorio de que la verdadera renuncia es una cuestión del corazón y la mente, más que del mundo material.

«La renuncia no es abandonar el mundo, sino aceptar que el mundo te abandone a ti.»

Aurobindo

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