Durante mis años de universidad, me convertí en un habitual de los viajes largos en coche, buscando siempre nuevos caminos y atajos. Una de esas noches, en una decisión espontánea, opté por atravesar la Sierra, tomando el puerto de la Cruz Verde. La oscuridad era más densa de lo acostumbrado; la luna se había ocultado tras un manto de nubes, y las estrellas parecían haberse retirado, dejando el camino en una soledad impenetrable.
En medio de ese silencio y la penumbra, la figura de una mujer apareció al borde de la carretera. Sus ropas estaban ajadas por el tiempo y sus gestos denotaban una urgencia desesperada. Algo dentro de mí, quizás una mezcla de compasión y curiosidad, me impulsó a detener el vehículo.
Ella se adentró en el coche sin mediar palabra y tomó asiento en la parte trasera. A través del espejo retrovisor, su rostro, pálido como el de una estatua, y sus ojos, profundamente tristes, me observaban.
El viaje continuó en un silencio sepulcral hasta que, aproximándonos a una curva conocida por su peligrosidad, su voz cortó el aire, suave pero firme: “Ten cuidado con esta curva”. Agradecido, disminuí la velocidad y maniobré con cautela. Al salir de la curva, giré para ofrecerle una palabra de gratitud, pero el asiento trasero estaba desocupado.
Desconcertado y con el pulso acelerado, me detuve en la siguiente posada. Entre sorbos de una bebida caliente, compartí mi experiencia con el camarero, quien me escuchó con un semblante que poco a poco se tornó grave. Luego, en un tono bajo, me reveló que años atrás, en ese exacto lugar, una mujer había perdido la vida en un accidente.
Los habitantes del lugar mantenían la leyenda de que su espíritu permanecía, velando por los viajeros y advirtiéndoles del peligro que una vez ella no pudo eludir.
Nunca más volví a transitar esa carretera en la nocturnidad. Sin embargo, la imagen de aquella pasajera fantasmal, que en una fría noche de invierno me salvó de un posible desastre, permanecerá siempre conmigo.
Leyendas Urbanas “La Pasajera de la Cruz Verde”:
“La Pasajera de la Cruz Verde” nos sumerge en el enigma de un encuentro que trasciende la realidad conocida. En este rincón oscuro de la Sierra, las leyendas no son simplemente cuentos, sino advertencias del pasado que resuenan en el silencio de la noche, recordándonos que hay aspectos de nuestro mundo que aún permanecen en las sombras, esperando el momento oportuno para revelarse.